HANS GILDEMEISTER: CUATRO DECADAS DE COPA DAVIS
Hablamos con el capitán del equipo chileno de Copa Davis, para conocer un poco de su experiencia como jugador y como capitán en la Ensaladera de Plata, en una carrera que abarca ya cuatro décadas, pues se integró al equipo nacional en 1976 y jugó hasta 1991, con una pausa hasta 2005, donde volvió al equipo chileno de Copa Davis ahora en rol de capitán. Como jugador tuvo jornadas brillantes en Copa Davis, tanto en el Estadio Nacional, donde se convirtió en leyenda, como en el extranjero. Ganó dos veces a Guillermo Vilas por Copa Davis, una vez en Santiago y otra en Buenos Aires. También venció a José Luis Clerc, al sueco Stefan Edberg, al estadounidense Brian Gottfried; por el circuito profesional, ganó cuatro títulos en singles y 25 en dobles, llegando al 12º puesto en singles y 5º en dobles. Uno de los mejores jugadores de nuestra historia, y una excelente referencia para saber de la Davis de entonces y la Davis de hoy. Hans, ¿cuanto ha cambiado la Copa Davis desde entonces hasta nuestros días? Ha cambiado mucho en infraestructura, ahora la ITF (Federación Internacional de Tenis) es mucho más exigente en la materia. También las necesidades de las distintas épocas han hecho crecer muchísimo el cuerpo técnico: antes con un capitán y un masajista bastaba, ahora hay kinesiólogo, médico, preparador físico. Hay más acceso a las comunicaciones, a seguir a los jugadores por internet, televisión, conoces las debilidades de todos ya sea por verlos en vivo o a distancia. Uno está mucho más en contacto con lo que pasa en el mundo. Uno sigue eligiendo la superficie favorita cuando es local, pero ahora todo eso está más normado. Antes, por ejemplo, Paraguay ponía una cancha rapidísima de madera, que no dejaba marca... y los árbitros los ponía el local, entonces en una cancha así la cosa era mucho más difícil para los visitantes. Ahora también los árbitros vienen de afuera, son neutrales y más preparados, todo es más profesional en general. ¿El público se parece al de antes? El público en Chile siempre ha apoyado a los jugadores, es parecido a cuando yo jugaba. Ahora se ve más rojo en las tribunas, hay más símbolos de representatividad nacional, pero la gente sabe apoyar y lo hacen mejor en comparación con otros países. ¿Qué pensaste cuando viste los incidentes del Parque O’Higgins el año 2000? Lo vi por televisión y me pareció terrible. Me daba vergüenza ver que eso salía al mundo, porque eso no nos representa como chilenos. Por un grupito de gente todos nos vimos perjudicados, sentí que eso era algo raro y ajeno. Ahora, por otro lado, creo que eso ayudó a que la gente comprendiera que el tenis es un deporte muy competitivo, pero donde hay que guardar la compostura y callarse cuando corresponde. Fue una lección dolorosa, pero no hemos vuelto a tener ningún problema desde entonces, lo que demuestra que los chilenos sabemos disfrutar el tenis. ¿Se siente muy distinta la Copa Davis en la cancha que en la silla de capitán? Cuando uno es jugador, hay nerviosismo, ciertamente, pero también uno está en control de lo que pasa en el partido porque uno es el que está jugando. Como capitán, uno siente el mismo nerviosismo pero no tiene ningún control... lo importante, entonces, es no mostrar eso sino generar un espacio donde el jugador pueda controlar de mejor manera las situaciones que se le van presentando en el partido. Al hablar de ambiente, no sólo hay que pensar durante los partidos, sino durante toda la semana.... Creo que es muy importante que haya buen ambiente dentro del equipo, y eso pasa porque los jugadores se sientan cómodos, con un cuerpo técnico de bajo perfil. Que los jugadores tengan todo lo que necesitan para que todo esté funcionando bien, que es como a mi me gustaba que fueran las cosas cuando yo era jugador. ¿Cuál ha sido la mejor y la peor experiencia en estos años de Copa Davis? La peor es fácil: Israel en Tel Aviv (2007). El público es uno de los más difíciles que he visto, los jueces de línea no tenían mucha experiencia y fallaban mucho, la cancha era muy rápida y hacía muchísimo calor. Además, la cancha estaba sucia, volaba mucho polvo de las zonas cercanas al estadio. Realmente fue muy duro. En cuanto a la mejor, creo que tengo un recuerdo muy especial de las veces que le gané a Guillermo Vilas, que en ese momento era número dos del mundo. También la victoria sobre Clerc y sobre Stefan Edberg, que era joven pero venía en ascenso y ya jugaba muy bien. ¿Qué piensas de la idea que circula de hacer un Mundial de Tenis, como el del fútbol, en vez de la Copa Davis actual? El formato actual me gusta. Es un evento único en el mundo, creo que cuatro semanas en el año no es tanto para los tenistas. No me gustaría que fuera en un sólo lugar, la gente merece ver a sus mejores jugadores en su propio país. Finalmente, ¿como ves el tema del recambio para el futuro? En el tenis lo que manda son los resultados. Marcelo Ríos fue número 1 del mundo en juniors y ganó un US Open junior, Fernando González ganó Roland Garros junior, Nicolás ganó el Orange Bowl. Cuando los tenistas llegan a los 18 años, deben marcar diferencias con el resto de los jugadores; lo importante es ir quemando etapas de manera apropiada. Si alguien no está entre los mejores de 14 años, por ejemplo, no le sirve de nada jugar en 16, tiene que haber destacado en su categoría para dar el siguiente paso. Hay una serie de chicos jugando hoy, en 14 y 16 años, confío en que ellos podrán ir desarrollándose de buena manera y tengamos en el futuro nuevas figuras para el tenis chileno. |